Yo cometí el error de defender el cristianismo, pero por ignorancia. Sin embargo, como evidencio, no es la religión que Roma persiguió, sino la que creó para complacerse a sí misma con el celibato. Por eso predicaron a un Cristo que no se casa con una mujer, sino con su iglesia, y a unos ángeles que, pese a tener nombres masculinos, no parecen hombres (saquen sus conclusiones). Se trata de personajes afines a los falsos santos besadores de estatuas de yeso y semejantes a los dioses grecorromanos, porque, de hecho, son esos mismos dioses paganos con otros nombres.
Lo que predican es un mensaje incompatible con los intereses de los verdaderos santos. Por eso, esta es mi penitencia por aquel pecado involuntario. Al desmentir una falsa religión, desmiento las demás. Y cuando termine de hacer mi penitencia, entonces Dios me perdonará y me bendecirá con ella, con esa mujer especial que necesito. Porque, aunque no creo en toda la Biblia, sí creo en lo que me parece justo y coherente en ella; el resto es calumnia de los romanos:
Proverbios 28:13
«El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia del Señor.»
Proverbios 18:22
«El hombre que halla esposa encuentra un tesoro, y recibe el favor del Señor.»
Busco el favor del Señor encarnado en esa mujer especial. Ella tiene que ser como el Señor me manda que sea. Si te picas, es porque perdiste:
Levítico 21:14
«Viuda, o repudiada, o mujer infame o ramera, estas no tomará, sino que tomará por esposa a una virgen de su propio pueblo.»
Para mí, ella es la gloria:
1 Corintios 11:7
«La mujer es la gloria del hombre.»
La gloria es la victoria, y la encontraré con el poder de la luz. Por eso, aunque aún no la conozco, le he puesto de nombre: Luz Victoria.
Y a mis páginas web les puse el sobrenombre de «OVNIS», porque viajan a la velocidad de la luz, alcanzando rincones del mundo y disparando rayos de verdad que hieren a los calumniadores. Con la ayuda de mis páginas web, yo la encontraré, y ella me encontrará.
Cuando ella me encuentre y yo la encuentra a ella, le diré esto: «No sabes cuantos algoritmos de programación tuve que ingeniar para hallarte. No tienes idea de todos las dificultades y adversarios que enfrenté para encontrarte mi Luz Victoria. Enfrenté a la misma muerte muchas veces:
Incluso una bruja se hizo pasar por ti. Imagina, ella me dijo que era la luz, a pesar de su conducta calumniadora, me calumnió como nadie, pero yo me defendí como nadie para encontrarte a ti, tú sí eres un ser de luz, por eso somos hechos el uno para el otro!»

Ahora salgamos de este puto lugar…

Entonces, esta es mi historia, sé que ella me comprenderá y que también me comprenderán los justos:


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